“La Villa” Nº 29  - Agosto  2006

EL PINAR DE VALDEPALOMARES
Ángel Fraile de Pablo

Vallelado pertenece a la comarca natural de “Tierra de Pinares”, que comprende a muchos municipios tanto de la provincia de Segovia como a la de Valladolid, y que supone un bien de incalculable valor, aparte del económico, y de gran tradición para nuestros pueblos, también como fuente de ingresos para los ayuntamientos: 
La extracción de resina de estos extensos pinares, poblados en su mayoría por el pino negral, (conocido vulgarmente como resinero) ha dado vida a muchos municipios, fundamentalmente durante la mayor parte del siglo XX; en los últimos años del pasado siglo, decayó esta industria, y muchas personas que habían dedicado su vida a trabajar en el pinar como resineros, pegueros... se vieron obligados a cambiar de actividad. El trabajo del pinar, era duro, y se realizaba la mayor parte del tiempo durante el verano, en unos tiempos en que no se contaban las horas de trabajo, suponiendo para pequeños propietarios de pequeños pinares, o pimpolladas, un alivio económico para aquellos tiempos difíciles. A nivel municipal, dado que muchos pueblos poseen como Propios, gran cantidad de terreno, era el capítulo más importante de los ingresos, con el que hacer frente a las cuantiosas inversiones. 
El término municipal de Vallelado, comprende aproximadamente unas 3000 Ha., de las cuales la mitad son montes de pinar, que se sitúan a orillas del río Cega, en la parte del Mediodía. 
Para ilustrar lo dicho anteriormente diremos que a mediados del siglo XX, la adjudicación de resinas del llamado Monte de Propios Nº 50 de Vallelado, conocido como “Valdepalomares”, suponía la cantidad de 208.000 pesetas anuales, de ingreso para las arcas municipales, pagadas por la fabrica de resinas de Coca, como adjudicataria.
Ya en el año 1751 el concejo de Vallelado poseía el pinar de Valdepalomares, que está situado en el extremo noroeste del término de Sanchonuño, entre las carreteras que desde este lugar y desde Arroyo se dirigen a Cuéllar, al sur de la cañada de la Reina. 
La lejanía de este pinar respecto a Vallelado determinó que los vecinos de Arroyo y Sanchonuño, pueblos más cercanos, practicaran en él frecuentes cortas y roturaciones clandestinas. En 1796 el concejo de Vallelado sembró de pinar albar unas treinta obradas en dos claros que los vecinos de Arroyo de Cuéllar habían roturado. Lucio Gutiérrez, vecino de Vallelado, estuvo durante muchos años como guarda en dicho pinar. 
En 1822 el Ayuntamiento de Vallelado en unión de la Junta de Beneficencia solicita de la Diputación de Segovia licencia para arrendar el pinar concejil de Valdepalomares, cercano a Sanchonuño y Arroyo, para con su producto atender la dotación del maestro de primeras letras . 

Valdepalomares, historia o leyenda: 
La historia del pinar de Valdepalomares y el porqué de esta rara pertenencia del municipio de Vallelado, estando situado en otro término municipal, no la conocemos a ciencia cierta, pero los más ancianos de Vallelado, cuentan lo que a su vez recibieron por boca de sus padres y abuelos:
Este pinar perteneció, en un principio, a una rica y acaudalada marquesa, y que aunque el título nos pueda dar un poco de respeto, se portó muy bien con nuestro pueblo.
La buena señora hizo el propósito de regalar el citado pinar, al pueblo o lugar que mejor regalo le hiciera y aquel que le agradara más intensamente. Buenos y variados fueron los presentes que le ofrecieron los distintos pueblos de la comarca; cada uno con los productos más importantes y de más valor dentro de cada pueblo. Cada uno presentó el producto más famoso del lugar para agasajar a la marquesa.
El pueblo y los vecinos de Vallelado poseían grandes y famosos majuelos, que producían unos vinos apreciados por toda la comarca. El vino suponía y era un producto muy valorado , y nunca faltaba en cualquier celebración de tipo comunitario, y como no para mitigar el duro trabajo de aquellos tiempos.
Como decíamos, el pueblo de Vallelado, regaló a la Sra. Marquesa una cántara de su mejor vino, y por cierto que agradó grandemente a la Marquesa, que ésta eligió como su más apreciado regalo. Como cumplimiento de su promesa, regaló el pinar de Valdepalomares a las gentes de Vallelado, para que disfrutaran de él “para siempre jamás”. Así sigue en nuestros días perteneciendo a este lugar y que conservemos por muchos años en agradecimiento a esta buena mujer.

 


Bienvenidos a Vallelado (Segovia)


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