Revista “La Villa”  Nº 11 - Diciembre 2000

REPOBLAR LAS LADERAS DE VALLELADO,
UNA  OBRA NECESARIA
Ángel Fraile de Pablo

           Vallelado, como su propio nombre indica, se encuentra enclavado en un estrecho valle que se va ensanchando en dirección Este - Oeste, finalizando en una extensa llanura por la que transcurre el río Cega a lo largo de la Tierra de Pinares, la cual limita el término por el mediodía.

         Gran parte del término está formado por pequeñas laderas que terminan en lo que aquí se denomina “llano” con una altitud en torno a los 869 metros y con una diferencia respecto al valle de unos 100 m. Estas laderas tienen un pendiente media del 40%, llegando en muchos casos al 80%, siendo el terreno fundamentalmente de tipo calizo.

         A lo largo de los años, las lluvias y los agentes atmosféricos han ocasionado el arrastre de tierra hacia el valle, originando una gran erosión del terreno, que se ha visto agravada en los últimos 40 o 50 años como consecuencia del abandono de las pequeñas parcelas, (que hasta entonces eran cultivadas, con un gran esfuerzo y tesón, por parte de los propietarios, gracias al ganado que era la fuerza motriz de arados y vertederas), por lo difícil del terreno. Con la llegada de la mecanización del campo, estas prácticas fueron desechadas por su escasa rentabilidad y por la dificultad del laboreo. Esta situación ha contribuido a que se acentúe la erosión,  y  a que año tras año la vegetación espontánea, que sujetaba la capa fértil del terreno, sea hoy casi inexistente.

Con buen criterio, el ayuntamiento de Vallelado, con la colaboración del Servicio Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, ha puesto en marcha un plan de reforestación, con especies autóctonas, de las parcelas que son de propiedad municipal, dentro del Programa de Forestación de Tierras Agrarias; las repoblaciones han sido con  pino piñonero y en muy pequeña proporción con pino Halipensis, almendro y encina.

         Los trabajos de preparación del terreno han consistido en la delimitación de las propias parcelas, casi todas de reducido tamaño, y que se encuentran mezcladas en muchos casos con otras de propiedad particular. Un segundo paso ha sido la preparación del terreno con ahoyado mecánico con una profundidad de unos 50 cm, y formando al mismo tiempo  alcorques para que el agua de lluvia quede retenido en el propio hoyo.

         El último proceso ha consistido en la plantación  de las especies anteriormente citadas con unas  1300  plantas por Ha.

         De un total de 105 Ha, han sido repobladas 84; las restantes fueron desechadas  por ser peñascos y pasillos entre parcelas. Casi todas las parcelas son de pequeño tamaño y están distribuidas por todo el término municipal, estando en muchos casos mezcladas con otras de propiedad particular, que se encuentran sin aprovechamiento por parte de la mayoría de los pequeños propietarios; hace  2 años algunas de ellas fueron repobladas con pino piñonero con  un resultado satisfactorio.

         El fin que se pretende, es actuar sobre el  paisaje y el medio ambiente, evitando la erosión del terreno, mejorando la flora y fauna así como el régimen hídrico de la zona, y en definitiva aumentar la calidad de vida  para las generaciones futuras, así como el  aprovechamiento,  de pastos y madera.

         Ha sido de suma importancia la colaboración de Lorenzo Arranz Cuéllar, como  buen conocedor del término municipal,  para la delimitación de las parcelas, tarea difícil por llevar estas sin cultivarse muchos años y carecer la mayor parte de ellas de mojones o hitos que las delimiten.

Ahora sólo queda esperar a que en un futuro no muy lejano nuestras cuestas y laderas nos alegren la vista con un verde que  trasmita esperanza para las futuras generaciones.

         Cuéllar, 19 de noviembre de 2000