
Revista “La Villa” Nº 12 - Abril 2001 LOS
NOMBRES DE NUESTRAS CALLES,
SU
HISTORIA Y EVOLUCIÓN
Ángel
Fraile de Pablo
En los nombres de las calles y los barrios de nuestros pueblos, está
escrita parte de la historia de los mismos, pasándonos ésta, muchas veces
desapercibida.
Las gentes que nos precedieron, nuestros antepasados, vivieron y
conocieron el nacimiento de muchas de ellas, algunos de cuyos nombres,
se han conservado hasta hoy en día. Los nombres de estas calles y plazas
fueron surgiendo espontáneamente; unas veces haciendo alusión al lugar donde
conducían o iban a parar: calle de la Mata,
calle S. Cristóbal, calle de Viloria, calle del Molino, calle Los Pradillos
etc. Otras tomaban el nombre de algún edificio o casa importante,
lugar público, etc.: calle Corrales, calle
de la Fragua, calle de la Tahona, calle de la Fuente, calle de Burgos, (refiriéndose
esta última a la casona que tenía la
familia Burgos, grandes hacendados de Vallelado). Otras denominaciones se
refieren a grandes árboles que
estarían situados junto a las huertas
o cercados: calle del Moral, calle del
Almendrino. La calle más importante que tenían todos los pueblos era la calle Real, que cruzaba de un lado a otro, sirviendo de columna
vertebrar, En Vallelado recibe la
denominación de Arriba o de Abajo, dependiendo
si mira al saliente o al poniente respectivamente, cruzando la población en dicha dirección y pasando por la Plaza
Mayor. La plaza mayor,
es el lugar más importante de cada pueblo donde se reunían los vecinos
bien para divertirse o para celebrar actos públicos, etc. En algunos sitios
recibía también el nombre de plaza de la Iglesia, o plaza del ayuntamiento por
estar estos edificios dentro de la
misma plaza. Ha sido durante el último siglo cuando se cambia la denominación
de plaza mayor y se pone el
nombre de los gobernantes
de turno, según los distintos gobiernos, bailando dichos nombres al son
que tocara en cada momento histórico; la plaza mayor de Vallelado ha recibido
también los nombres de Plaza de la Constitución y
plaza del Generalísimo, este último puesto en el año 1937. Con
independencia de los nombres de calles y plazas, existen algunos lugares dentro
del pueblo que se han hecho populares y cuyas denominaciones, aunque no están
escritas, van pasando y conservándose
de generación en generación: Las Cuatro
Calles, el Huerto del Cura, las
Huertas Rojas, el Juego de Pelota, los Palomares, los Pradillos, la Solana, las
Casa Nuevas, la Ermita... Las calles cortas y que no tiene salida,
llamadas callejas o callejones, no tienen un nombre específico y se las conoce
por el nombre de alguno de los
vecinos que allí vivieron o habitan, expresándolo así las gentes que quieren
referirse a ellas.
Durante
la edad media, Vallelado estaba distribuido en una serie de barrios, muy próximos
unos de otros, como corresponde a
las poblaciones de la época, con calles estrechas. Los nombres más importantes
de estos barrios eran: Barrio de la Iglesia,
Barrio de Las Mochas, Barrio del Palacio, Barrio del Moral, Barrio de Arriba,
Barrio de Abajo, y Barruelo, expresando este último las reducidas
dimensiones del mismo.
A medida que la población fue creciendo en número, se construyen
viviendas y edificios en lugares situados extramuros, y que hasta entonces se
dedicaban a huertas o a tierras de labor, situadas fuera de lo que era
considerado como zona habitable, o casco urbano; así fueron naciendo nuevas
calles y plazas. Surgen nombres como: calle Nueva, calle la Fábrica.
Durante
el recién pasado siglo XX, han cambiado de nombre
algunas de las calles de Vallelado además de el de la Plaza
Mayor como ya he dicho antes; Fue durante la desgraciada Guerra Española
cuando se cambia el nombre de calle Real de
Arriba por el de Constantino Arranz,
y la plaza del Barruelo se llamará de Eulogio
Muñoz Vicente; La corporación Municipal acuerda tomar esta decisión como
homenaje a estos dos vecinos
de Vallelado fallecidos en el campo de batalla hasta entonces, cuando aún
no había finalizado dicha guerra. En
el año 1947 D. Modesto Fraile Gómez, residente en Cuéllar, aunque había
nacido en Vallelado, quiso tener un detalle con el pueblo que le vio nacer, y
regaló un reloj que se colocó en la torre de la iglesia antigua y que fue muy
útil para labradores y jornaleros; posteriormente, el reloj se trasladó a la
torre del nuevo ayuntamiento donde permanece actualmente. El ayuntamiento en señal
de agradecimiento le dedicó una plaza que lleva su nombre, y que hasta entonces
se conocía por plazuela de los Soportales,
por existir un edificio con este tipo de entrada en dicha plaza.
Las
últimas dedicatorias de calles a personas que destacaron, concretamente en el
campo de la medicina, han sido al Doctor Mariano Cruz Baeza, importante médico nacido en Vallelado y
que murió en la contienda Civil de 1936, en Toledo y a D. José Escolar García
también nacido en Vallelado en el año 1913, y que fue un insigne catedrático
de medicina en Zaragoza.

Bueno
sería que en un futuro, los nombres de nuevas calles o plazas, tuviesen en
cuenta parte de nuestra historia y a
todos aquellos que día a día disfrutaron y sufrieron estas tierras.
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