Revista “La Villa” Nº  10 – Octubre  2000

CONTAMINACIÓN DEL AGUA DE VALLELADO POR ARSÉNICO
 
“REFLEXIONES EN VOZ ALTA”
 
Ángel Fraile de Pablo 

        Desde que a principios del mes de agosto del presente año, se detectaran en el agua de consumo, en Vallelado y otras poblaciones de la provincia de Segovia y Valladolid, unos niveles de arsénico por encima de lo permitido, ha sido mucho lo que se ha escrito sobre este preocupante tema. 

        Según el Servicio Territorial  de Sanidad y Bienestar Social, el aumento de los niveles de arsénico en el agua de consumo, se debe a la sobreexplotación de pozos y acuíferos como consecuencia del aumento de población y del mayor consumo de agua en la época estival; todo ello ha propiciado la dilución de compuestos arsenicales por los procesos de oxidación en los propios manantiales.

         A juicio de este mismo Servicio las cifras detectadas no tendrían efectos nocivos a corto plazo, pues se encuentran por debajo de lo que según la Organización Mundial de la Salud  incidiría de forma crónica en nuestra salud tras largos periodos de consumo. Esta es la razón de que, como medida preventiva  se declara el agua  no apta para su consumo como bebida y para cocinar, hasta que los niveles vuelvan a sus cifras habituales.  Como consecuencia de ello la población de Vallelado, así como la de los demás pueblos afectados, se están surtiendo de agua mediante cisternas y aljibes procedentes de manantiales con niveles permitidos de arsénico. Así se ha venido haciendo hasta la fecha.

 

        Además de Vallelado, dentro de la provincia de Segovia, tienen niveles altos de arsénico,  Villaverde de Íscar, Mata de Cuéllar, Chañe, Remondo Santiuste de San Juan Bautista, Fuente de Santa Cruz y Fuentesaúco de Fuentidueña, lo que supone unas 4.000 personas afectadas, a las que hay que sumar 11 poblaciones más en la provincia de Valladolid.  El problema se ha originado en el acuífero de “los Arenales” que ocupa una gran extensión dentro de la comunidad de Castilla y León. Según los técnicos, este problema afecta a los municipios cuyas aguas se captan a grandes profundidades, pues cuando la captación se hace a unos niveles menores, alrededor de 100 metros de profundidad, el agua no suele estar contaminada por arsénico.

         Después de todo lo expuesto anteriormente, se plantean una serie de interrogantes sobre este tema que sería importante que alguien nos aclarase:

         ¿Qué niveles de arsénico son los que se han detectado en el agua de consumo de las poblaciones afectadas? Según la Administración regional competente, este límite se encuentra en 50 microgramos por litro para el agua de consumo; sin embargo, para otras fuentes no oficiales, el límite que marca la Unión Europea es de 10 microgramos por litro, llegando incluso la Organización Mundial de la Salud, a limitarlo a  5 microgramos. De cualquiera de las maneras, los niveles detectados en Vallelado han sido de los mayores, sobrepasando ampliamente las cifras máximas permitidas. Los controles se realizan semanalmente, y aunque hay diferencias significativas de unas semanas a otras, los valores parece que siguen estando  muy elevados.

         ¿Si puede ser perjudicial para la salud, aunque sea a medio o largo plazo,  porque se permite el lavado de frutas y alimentos, aseo personal, etc., con dicho agua? Se desconocen los efectos que podrían producir en nuestra salud con una exposición prolongada, ya sea en el ambiente o a través de la propia piel, por lo que se deberían tomar las debidas precauciones.

         ¿Se han medido los niveles de arsénico en las aguas de riego de los productos agrícolas destinados al consumo humano? Suponemos que siendo aguas procedentes de los mismos manantiales, por estar situados en el mismo término municipal, los niveles serán similares, aunque para el riego el límite esté en 100 microgramos por litro.  Si se prohíbe el riego de dichos productos con aguas fecales, ¿por qué se permite el riego con agua contaminada por arsénico, seguramente más perjudicial que la anterior?

         ¿Se han medido los niveles de arsénico en el agua de consumo de los animales de granja, que finalmente consumiremos? Esta acumulación en los tejidos de los animales, aunque no les cause enfermedad aguda, por ser su ciclo de vida corto, sí que podría ocasionar alteraciones en las personas por el consumo repetido de dichas carnes y productos derivados.

        ¿Se ha evaluado el grado de exposición y la posible acumulación en las personas que han consumido dicho agua durante un  tiempo determinado? Me pregunto si se conocen los niveles de arsénico que tenían esas aguas en épocas estivales de años anteriores o durante cualquier época del año; es posible que llevemos consumiendo agua con niveles altos de arsénico durante meses, e incluso años sin saberlo.

         ¿Cuánto deben subir los niveles de los acuíferos, en el mejor de los casos, para que los niveles de arsénico lleguen a cifras permitidas, máxime cuando sabemos que el consumo y derroche de agua potable es cada vez mayor, y que las precipitaciones medias anuales, no sólo no aumentan sino que disminuyen año tras año? ¿Y si en vez de recuperarse sigue disminuyendo el nivel del agua, aumentaran los niveles de arsénico?

         Todos estos interrogantes que se plantean nos deben hacer reflexionar sobre este delicado tema relacionado con el agua de consumo, y que hoy en día  se está convirtiendo en un arma política; ya es hora de que la administración coja el toro por los cuernos y se deje de paños calientes y parches. La contaminación y el derroche del agua, que tan poco nos cuesta y que  por ello  infravaloramos, nos pasará algún día una factura que nos costará caro pagarla.

         No se trata de buscar culpables, porque seguramente la responsabilidad será de todos; hace falta plantear un gran debate entre los responsables y los afectados por este problema. La solución seguramente  tendrá que ir por varios caminos.

 Cuando siempre hemos pensado que las aguas de pozos o perforaciones, eran de mejor calidad que las superficiales, ahora nos dicen que el futuro está en la captación de  aguas superficiales para consumo humano. Todos sabemos que las aguas superficiales, no tienen este problema actualmente, pero son más susceptibles de contaminación. A las tierras de nuestra comarca se arrojan grandes cantidad de desechos de las granjas (purines) y de  abonos minerales agrícolas (nitratos), que, al final, van a parar a nuestros ríos y manantiales. Esto origina que suban los niveles de nitritos de las aguas por encima de lo permitido, en grave perjuicio de la salud pública.

         El único interés que me guía al hacer esta serie de reflexiones es llamar la atención de los responsables en este tema, para que nos aclaren todas estas preguntas y adopten las medidas oportunas para evitar males mayores, para que no tengamos que lamentarnos algún día de no haber sido lo suficientemente estrictos ante este problema.


Bienvenidos a Vallelado (Segovia)


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