
“La Villa” Nº 16 – Abril 2002
VALLELADO,
LLUVIAS Y SEQUÍAS
Ángel Fraile de
Pablo
Los
aspectos geográficos y las características climatológicas de una determinada
zona, comarca o lugar, determinan en gran medida la forma de vivir de las gentes
que allí habitan.
Vallelado, y la comarca natural de Tierra de
Pinares en la que nos encontramos, se caracteriza por tener un clima mediterráneo
de influencia continental que se caracteriza por veranos cortos y calurosos e
inviernos duros y prolongados con lluvias escasas y muy irregulares.
En nuestra zona, donde el sector primario o agricultura tiene un peso
específico muy importante, son estas lluvias las que califican
la bonanza o escasez de ese año.
Desde hace siglos el aspecto cíclico y la irregularidad de las lluvias
han dado origen a grandes sequías con lo que ello suponía en una agricultura
de subsistencia, originándose grandes epidemias, hambre y aumento de la
mortalidad...
Nuestros antepasados lo padecieron en sus propios huesos: En el siglo
XVII Castilla sufrió un gran
descenso de población, contándose como una de las causas, las malas
cosechas debido a sequías pertinaces.
En épocas de crisis y sequías las gentes recurrían a novenas y
rogativas; en Vallelado se solía
sacar en rogativa a la Virgen del Rosario y a San Antonio de Padua: Los años
1743 y 1754 se hicieron novenas y rogativas a San Antonio “para que cesara la sequía que asolaba los campos”
En este mismo año de 1754 Vallelado
contribuyó con cien reales para los gastos de cera que se habían ocasionado en
la novena al Santo Cristo del pueblo de Torre a quien los vecinos de Vallelado
tenían gran devoción y en quien confiaban en épocas críticas.
En el gráfico adjunto se refleja la cantidad de lluvia recogida en los
últimos 13 años en nuestro pueblo. A simple vista apreciamos las grandes
diferencias de unos años a otros; vemos que en 1989, 1990 y 1991, las lluvias
fueron muy escasas, no sobrepasando de media los 200 litros/ m2, lo que podemos
considerar como años muy secos. Ya en 1992 se recogen casi 400 litros, el doble
que en años anteriores,; sigue 1993, 1994, 1995 y 1996 con cantidades similares
a 1992. Fue 1997 un buen año de lluvias estando muy por encima de la media de
los años anteriores; algunas de las numerosas fuentes que se distribuían por
todo el término comenzaron a manar en la primavera de 1998, como lo hizo la
fuente de “Valdeconejero” que brotando de la ladera y páramos de S. Miguel
se convirtió en una agradable atracción para grandes y chicos.
En términos absolutos los meses más lluviosos fueron octubre noviembre
y diciembre; el más lluvioso de todos los recogidos fue noviembre de 1997 en
que se contabilizaron 138 litros/m2, siendo 68 los días en que se registró
alguna precipitación durante dicho año.
Es muy difícil unificar datos incluso dentro de una misma comarca, donde
seguro que hay diferencias entre localidades próximas.
Si comparamos los datos de Vallelado con los de los observatorios de
capitales de provincia más cercanas como son Valladolid y Segovia, para los años
que disponemos de datos de estas dos capitales, y que son 1997, 1998, 1999 y
2000, comprobamos que hay
diferencias significativas, sobre todo en los dos primeros años.
Concretamente en un año lluvioso como fue 1997, vemos que en Valladolid se
registraron 812 litros/m2, y en Segovia 698, habiéndose recogido en Vallelado
532; en los siguientes años también existen diferencias, a excepción del año
2000 en que observamos que los registros de los tres observatorios analizados
son muy similares.
Mi agradecimiento a Emiliano del Ser, que con gran interés y tesón
recogió día a día las precipitaciones que se originaron en Vallelado en los años
estudiados, y que gentilmente me ha facilitado las cifras para realizar este
trabajo.
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