XVI MARCHA A
PIE 2012
VALLELADO – CASAREJOS – S. MIGUEL
DEL ARROYO
Ángel Fraile
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Con bastante puntualidad,
nos pusimos en camino para realizar la marcha que teníamos
prevista para este año, saliendo desde
la Plaza Mayor
, aunque esta vez con menos personas
que en años anteriores.
Estas son las personas que se animaron:
Emiliano Herrera y Bautista de
la Calle
, que ya han realizado más años estas marchas. Sagrario
Villanueva y su hijo Cristian
Soto que no faltan a la cita. Conchi
González, bien entrenada, pues le gusta dar buenos paseos. Olga Baeza y Mª Luisa del Ser también son de las habituales. Carmen
Gómez repite también.
Luzma del Ser, a la que
esperaban en San Miguel, su hijo, y su marido, que es natural de
S. Miguel. Maru González,
que no falla casi nunca, y que acude siempre que puede. José Mª Fraile, hijo
de Gonzalo y Martina, venido desde Valladolid, bien protegido para
el sol con su sombrero.
Isidoro Laguna y su mujer Feli
García; Isidoro nos suele acompañar muchos años, pues tiene
buena relación con Vallelado, por ser natural de
Fresneda y haber estado durante muchos años trabajando en el BBVA.
Mi hermano Agustín Fraile y su mujer Mª
Fe Núñez. Antonio Ibáñez
con su esposa Asunción
Cocho. Antonio y Asun, buenos
amantes de la naturaleza y de la historia de nuestros
pueblos.
Agradecemos un año más a las personas que nos acompañaron
y que vinieron desde Pedrajas de S. Esteban y que fueron: José
Sánchez Sanz, que esta era la primera vez que acudía,
pariente lejano de un servidor. Andrés Herrero que vive en Madrid pero que es natural de Pedrajas. Francisco
Javier López, que
no falla y que ya le hemos nombrado reportero gráfico oficial con
su cámara de video al hombro para no perderse detalle.
Francisco Yusta buen
deportista y amante de la naturaleza.
Leocadio Heredero, natural de San Cristóbal pero residente en
Pedrajas, andarín,
perteneciente al club “Los Cardiales” de Pedrajas, que
nos ha acompañado más años.
No podía falta nuestro amigo Carlos
Arranz, historiador, al que ya consideramos como de Vallelado,
y que junto con el que
suscribe, Ángel, preparamos
estas rutas y la historia de los lugares que visitamos. No me
olvido de Esther Gamarra,
mi mujer, que también es habitual en estas caminatas de
las que disfruta como todos nosotros tanto por el ejercicio físico,
como de la historia, desconocida para todos aquellos que no
vienen.
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A las 4 de la tarde y unos minutos
nos pusimos en marcha, saliendo por el Barruelo para
enfilar el camino de Valdeviloria. Un sol abrasador nos daba la
bienvenida. Poco a poco llegamos al cerro, lo que aquí llamamos
llamo. Los primeros que llegaron esperaron a los demás porque allí
el camino se bifurca y no sabían por donde había que seguir.
Continuamos por el camino de la derecha para llegar a la primera
bifurcación, tomando la mano izquierda para llegar al pinar de
San Cristóbal, donde se agradecía la sombra de los pinos. En
esta primera parada explicamos
la historia de este pinar perteneciente, al pueblo de San Cristóbal
de Cuellar, pero que a principios del siglo XVIII, la justicia de
Villa y Tierra de Cuéllar, quiso apropiarse de él, metiendo en
prisión y multando a algunos vecinos de San Cristóbal que habían
roturado tierras y cortado algunos pinos. Los vecinos de San Cristóbal
apelaron a
la Chancillería
de Valladolid, demostrando mediante escrituras que este pinar les
pertenecía desde hace años, y del cual siguen disfrutando el
concejo y los vecinos.
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Continuamos camino adelante por todo el pinar, ya se había
cubierto el cielo de nubes tormentosas, por lo que nos temíamos
lo peor, aunque la temperatura era muy agradable. Salimos del
pinar dando vistas a la autovía que va de Segovia a Valladolid,
la cual cruzamos por un pequeño túnel para llegar a la antigua
carretera de San Miguel del arroyo, que cruzamos dando vistas al
despoblado de Casarejos. Fieles testigos, desde hace al menos 3 décadas
desde que desapareció este pequeño pueblo, quedan parte de los
muros de la iglesia, dedicada a San Pedro apóstol. Aquí hicimos
una segunda parada dando datos de su historia
hasta que desapareció en el siglo XVII.
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Por un camino
que va faldeando el cerro y paralelo al arroyo del Henar y la
antigua carretera, llegamos hasta la ermita de la virgen de
la Fuenlabradilla.
Pudimos
beber agua de la fuente que aquí nace desde hace muchos años, y
de la que beben muchos vecinos de S. Miguel. La espadaña, ahora
sin campanas, nos recibió y allí pasamos al interior de la
iglesia que se encuentra desde hace años en ruinas pero aún
queda parte del ábside y
un arco apuntado, que nos daba idea del esplendoroso pasado de
esta ermita, donde vienen en romería los vecinos de S. Miguel del
Arroyo, el domingo de Pentecostés, con
la imagen gótica de
la Fuenlabradilla.
Ya había dejado de caer gotas y nos encaminamos hasta San
Miguel. A la entrada se encuentra el lugar que fue cementerio de
la parroquia segoviana de S. Esteban. S. Miguel del Arroyo, tuvo
antiguamente dos parroquias, con la particularidad de que una de
ellas, pertenecía al obispado de Segovia y la otra al de
Valladolid. Actualmente están unidas perteneciendo ambas a
Valladolid. Llegamos a la primera iglesia cuyo titular es San
Esteban, la que perteneció a Segovia. Allí se encuentra la
imagen gótica de la virgen de
la Fuenlabradilla.
Una
iglesia muy bien cuidada, con su espadaña y con dos campanas recién
restauradas. Agradecemos a Pilar que tuviera la amabilidad de
abrirnos y enseñarnos la iglesia.
Evelio Martín de San Miguel, licenciado en historia, nos
dio unos datos artísticos del retablo y de las imágenes de más
valor. Por nuestra parte hablamos de la relación histórica de
nuestro pueblo, y del despoblado de Torre, con el pueblo de S.
Miguel, y más concretamente con esta iglesia de S. Esteban, a la
cual se agregaron algunas pertenencias de Torre cuando este se
despuebla a mediados del siglo XVIII.
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Llegamos a la parroquia titular de S. Miguel, que
amablemente nos abrió Pilar, la madre de Evelio. Allí pudimos
ver un precioso retablo y varias tallas de madera. Destaca también
en esta iglesia una preciosa pila bautismal de piedra muy bien
trabajada que data del siglo XV.
Para finalizar la marcha, nuestro amigo Ángel Velasco, nos
abrió la ermita del Santo Cristo del Amparo, al que tienen gran
devoción los vecinos de S. Miguel, el cual sacan en procesión en
la Semana
Santa.
Al lado de la ermita nos encontramos con un crucero de piedra
labrada, de los poco que quedan en esta zona, una preciosidad.
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Eran
ya las 8 de la tarde y era hora de regresar a Vallelado por el
camino asfaltado que ahora está muy transitado por vehículos
para ir hasta Valladolid. Cuando llegamos a Vallelado ya era de
noche. Una tarde muy completa que esperamos que hayan disfrutado
todos los que nos acompañaron.
XVI MARCHA A
PIE 2012