Ángel Fraile de Pablo
De todos es sabido que cada vez vivimos más años y ya no nos extraña ver noticias que aluden a alguna persona que acaba de cumplir el centenario e incluso pasarlo de largo.
Según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2009 había en España más de 7000 personas que habían cumplido los 100 años de vida. Está claro que somos una sociedad muy envejecida y no solamente por los datos antes citados sino porque la pirámide de población está totalmente invertida, lo que quiere decir que 2 de cada 5 personas en España tiene más de 65 años.
Sin ser muy estricto en las cifras, solamente pensemos en un dato claro que se lleva produciendo durante muchos años, por ejemplo en nuestro pueblo: Los nacimientos que se han producido durante los últimos años en Vallelado son muy escasos y si hacemos la media de los últimos 10 años seguro que no llega a 5 nacidos al año, mientras que el número de fallecimientos tiene una media de al menos 12-15 personas al año. Esta tendencia es dato común en la mayoría de los pequeños pueblos en Castilla y León y en España, y resume bastante lo dicho anteriormente.
Se calcula que dentro de 10 años habrá, a nivel mundial, más personas de 65 años que niños menores de cinco años; una tendencia que se produce por primera vez en la historia de la humanidad.
Todos imaginamos que con esta proporción el futuro a nivel sanitario y de pensiones, etc no está nada claro, o más bien oscuro. Este proceso de envejecimiento no es un problema que tengamos solo en España sino que se manifiesta a nivel mundial.
De cualquier manera no deja de ser una buena noticia el que una persona cumpla 100 años. Así ha ocurrido en Vallelado donde hasta la fecha no habíamos conocido a ninguna mujer que llegara a cumplir un centenario de vida.
El pasado día 24 de octubre cumplía Rafaela Lagunar Fraile 100 años. Una gran noticia para nuestro pueblo. Por lo tanto ya tenemos dos personas centenarias: Eutiquio Sanz que cumplió en el mes de agosto 103 años, y Rafaela que ha cumplido hace poco 100.
Rafaela, al igual que todas las personas de edad avanzada, han llegado hasta aquí, por la evolución favorable de la higiene y control los alimentos, los avances de la medicina y otros factores que han actuado alargando la esperanza de vida. Todo un logro, para nuestros mayores, analizando los años que la tocó vivir con tantas carencias y dificultades. Pero un factor fundamental, si queremos poner un símil, muy adecuado en nuestra tierra pinariega, sería la buena madera de aquellos que han tenido la suerte de cumplir tantos años. Por si alguien no lo entiende lo de “Buena madera” me estoy refiriendo a un factor genético, que ha contribuido en gran medida para conseguir llegar a los 100 años.
Rafaela, hacía el número 24 en el orden de los nacidos en ese año de 1910.
Con tan solo 7 días fue bautizada por D. Cándido Bautille, párroco de Vallelado, por entonces.
Nos cuesta imaginar la vida y el día a día en Vallelado, un pequeño pueblo, como tantos otros de nuestro entorno, en aquellos primeros años del siglo XX, en el que aún no disponían de luz eléctrica, pues ésta, no llegaría hasta 1918.
Tampoco había comodidades ni agua corriente en las viviendas, y los duros inviernos había que pasarlos en la cocina, al amor de la lumbre. Los alimentos eran básicos y casi todos de cosecha propia y elaborados en la propia casa. Las reservas monetarias muy justas, y entonces si que se puede decir, que se vivía al día, no había más remedio; claro está, que entendiendo esta expresión como pasar el día a día con lo que se recogía en el campo, en el verano, pero si la cosecha había sido mala, muy común por entonces, debido a sequías, heladas u otras inclemencias, el invierno ya comenzaba a ser duro, y las penurias eran una consecuencia demasiado habitual.
Pese a todo, nuestros vecinos de entonces sobrevivían y se imponían a las dificultades de los tiempos que les tocó vivir.
Rafaela nacía en una familia campesina como casi todos en Vallelado. Sus padres fueron Sotero Lagunar y Juliana Fraile. Tanto sus abuelos paternos como maternos eran naturales de Vallelado, pues no era muy común que los jóvenes salieran a buscar novia fuera del pueblo; a lo más, al pueblo de al lado donde podían trasladarse andando o en bicicleta.
Fue Rafaela, la mayor de 3 hermanos por lo que le toco trabajar desde muy pequeña. Siempre el primogénito era el que tenía que ayudar a su hermanos, y como no, en las tareas del campo tan pronto como le salían los dientes, como se decía por entonces.
Más tarde nació su hermana Rufina, y luego el benjamín de la familia, Feliciano.
Contaba Vallelado en el año 1910 con algún habitante más que ahora. Tenía 860 habitantes con una tasa de natalidad muy alta, pues en este año se registraron nada menos que 29 nacimientos, 18 niños y 11 niñas.
Dos días antes de cumplir 22 años, un 22 de octubre de 1932, contrajo matrimonio con Daniel Pascual natural también de Vallelado.
Pronto nació Elisa, la mayor, y después otras 3 más, Valeriana, Rosario y Francisca. Ahora con su avanzada edad, disfruta de sus 4 hijas, de 6 nietos y 3 biznietos.
Daniel y Rafaela, estuvieron casados durante 65 años, concretamente hasta el año 1997 en que falleció Daniel. Una larga vida con sus alegrías, sus penas y sus dificultades.
Como curiosidad, y como homenaje para todos nuestros antepasados, ponemos el listado en orden cronológico, de todos los nacidos y nacidas en Vallelado en el año 1910:
Antonio Aranda – Ignacio Rodríguez - Crecencia Fraile – Pedro Montero – Mª Resurrección del Ser – Eustasio San Miguel – Vicente Martín – María González – Andrés Arranz – Gerardo Gómez – Nazaria Baeza – José Muñoz – Isabel Cuéllar – Paulino Cuéllar – Agripina Cuéllar – Mariano Aceves – Jacinto Pascual - Agustín Antón – Rosalía Cuéllar – Gregorio Cuéllar – Justiniano Arranz – Jesús González – Pedro Vicente – Rafaela Lagunar – María Manso – Modesta de la Calle – Antonio Fraile – Domingo Cuéllar y Teófila Vicente.
Que sirvan estas líneas como pequeño homenaje y felicitación a RAFAELA LAGUNAR, nuestra primera abuela centenaria.